martes, 24 de julio de 2012

Los Viejos

Aún no logro descifrar cuál es el sentimiento que maquilla los rostros otrora juveniles de mis viejos. ¿Esperanza, resignación, clarividencia? Probablemente algo sencillo, pero sí definitivamente algo pesado, peso que los ha ido deformando con su extenuante carga. Sus rostros no han envejecido, más bien se han cansado caminando largo tiempo por paramos donde habitan sueños desnutridos, otros moribundos, y algunos emanando ya aromas putrefactos. Lamentablemente todos sabemos que esta historia se repite por millares a nuestro alrededor.
Hace años leí en un una columna del Artes y Letras, de no recuerdo quién, que desarrollaba algunas ideas de lo que podía ser la vida después de la muerte; pese a mi escepticismo o distinta visión frente al tema, algo me pareció interesante: que uno al otro "lado" lleva la imagen del momento en que fue más hermoso en la vida. Evidentemente creo que no se refería sólo a la belleza física. Me suena algo similar al concepto de la imagen residual que llevas cuando entras a la Matrix, o el de cuando sales a dar una vuelta por el mundo astral ¿Cuándo será nuestro momento de mayor hermosura... estando jóvenes... viejos? tal vez ya lo vivimos, o aún nos queda mucho para eso ¿podremos permanecer en ese estado sin kilos de Botox, del normal y del místico? Tal vez nuestro momento más bello es cuando simplemente estamos atiborrados de bobas e inocentes esperanzas.

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